Fabio (sin más)
Los seguidores habituales del programa ya saben que siento una especial fascinación por la sección de novela rosa de las librerías y supermercados.
Cuando paso junto a esa amalgama de colores pastel, doncellas semidesnudas y maromos con brazacos como postes, soy incapaz de dirigir la mirada hacia otro lado. Hasta hoy siempre me preguntaba qué mente “esdrújula” (por definirla de alguna manera) era capaz de idear semejantes composiciones. Incluso llegué a pensar que esas cubiertas eran obra de alguien que se había caído de pequeño en la marmita de los psicotrópicos. Pues no, resulta que los personajes que aparecen en ellas son modelos reales y algunos ganan más por una portada que muchos de nuestros mejores escritores por sus novelas.
Pero de entre todos esos modelos y modelas hay uno que destaca, que brilla con luz propia, que reina sobre el resto. Su nombre es Fabio. Y como no podía ser menos es italiano aunque vive en Estados Unidos. El tipo se ha forrado a base de ser el cachas de las portadas de los libros de autoras tan cercanas al Nobel como Johanna Lindsey o Laura Kinsale. Para que se hagan una idea Fabio viene a ser como el rubio de Locomía pero hinchado con una bomba de bici. Sus bíceps son del tamaño de la cabeza de un mandril adulto y luce una larga melena como la del anuncio de “por que yo lo valgo”.
El mozo tiene su club de fans y todo. Y además de, como dice Jaime Urrutia, lucir garboso su palmito pinturero, también escribe. Champion, Wild, Dangerous, Pirata o Comanche son algunas de sus obras y aunque parezca increíble, vende un “puñao”, además de tener el orgullo de ser el único autor que firma con su propio nombre en vez de utilizar pseudónimo. Dicen las malas lenguas que está claro que firma todo lo que escribe pero que no lo está tanto que escriba todo lo que firma.
Y hablando de firmas, La Mirada Atónita, sección investigaciones y pesquisas varias, se ha puesto en contacto con un prestigioso grafólogo para profundizar en la personalidad de nuestro protagonista a través de su rúbrica. Tengo que reconocer que el resultado ha sido gratamente sorprendente: fuerte carácter, vitalista, emprendedor, orgulloso, vanidoso, y pagado de sí mismo. Le gusta mandar, es autoritario pero sociable. En la distancia corta puede resultar insoportable, pero sabe trabajarse su imagen pública. Tiene las ideas claras, capacidad para apreciar los detalles y le gusta asumir responsabilidades. Paradójicamente, no soporta las actitudes autoritarias ni las imposiciones. En resumen que aunque se mola mucho a sí mismo sabría decir algo más de Rusia que: “es un país muy bonito”.
Bueno, y además de ser modelo, escritor, actor ocasional en películas como Zoolander ¿adivinan qué? ¡Sí, también sacó un disco! “Fabio AfterDark” se tituló. Escuchen...
Comparado con esto el “Sálvame” de Bibi Andersen es de premio Grammy.
Por cierto que hace dos años Fabio tuvo un serio percance que estuvo a punto de costarle la vida. Resulta que le invitaron a inaugurar una montaña rusa y cuando estaba en lo alto de la atracción con su melena cortando el viento, una oca que circulaba a 70 millas por hora (que deben de ser muchos kilómetros por hora), no sé si es que no lo vio o si era una fan y quiso darle un beso en los morros pero se estampó directamente contra su cara. El jeto del pobre Fabio quedó hecho un cuadro pero la peor parte la llevo la oca que se convirtió en paté al instante.
Un fenómeno el amigo Fabio. Desde este momento yo me declaro fan incondicional también. ¡¡Ciao Bellissimaaaa!!