La mirada atónita

de la sección del mismo nombre en el programa Punt de Llibre de Radio Barcelona
(Email: puntdellibre@cadenaser.com Contestador: 93.344.14.76)

domingo, febrero 22, 2009

Negando a Sófocles

Ya ven. Uno no deja de sorprenderse a si pispo, que dirían Martes y Trece. Resulta que esta semana me he descubierto negando a Sófocles tres veces igual que San Pedro hizo con Cristo.

Les cuento: Iba yo tan contento por la calle con mi ejemplar de Edipo Rey bajo el brazo, porque aprovecho los trayectos de metro para leer como todo hijo de vecino... Bueno, más bien como toda hija de vecina, porque, en detrimento de mi género he de decir que en el metro la mayoría de lectores son de sexo femenino, o sea, lectoras, si exceptuamos, por supuesto a los lectores de periódicos deportivos o los diarios gratuítos, pero estos últimos no cuentan porque te los dan a la entrada y no tiene mérito leer algo que te regalan por la calle y que además siempre tiene a Shakira en la portada.

¿Por cierto, si el femenino de lectores es lectoras el masculino no debería ser lectoros? Si en la tele en vez de los que aparecen hubiera un tipo que se llamase Lectoro Matamoros seguro que leíamos más... De hecho no entiendo como apareciendo los que aparecen no leemos mucho más... ¡Oh dios mío! Estoy metido en un bucle de digresiones que puede acabar generando una paradoja espacio-temporal de consecuencias catastróficas. Solo existe una solución: ¡Rebobinemos! (sonido de rebobinado)

Les cuento: Iba yo tan contento por la calle con mi ejemplar de Edipo Rey bajo el brazo cuando me encontré con un conocido:

- Hola, ¿qué tal? - Dijo él.
- Bien ¿y tú?- Dije yo.
- Bien también- Respondió.

Entonces se hizo uno de esos silencios tan incómodos que en realidad quieren decir:

- Tío, no tengo nada que decirte porque hace un montón de tiempo que no te veo y ni siquiera me he acordado de ti ni un milisegundo desde la última vez que nos encontramos porque que tú y yo nos conozcamos es simplemente fruto del azar cósmico de este planeta sometido al caos, pero voy a darte cuartelillo porque así lo exigen las convenciones sociales para el buen funcionamiento de la especie aunque no tengo ni pajolera idea de sobre qué hablar contigo.

Después de unos segundos de mirar sin mirar a todas partes a él se le iluminó la bombilla de las conversaciones intrascendentes:

- ¿Qué lees? - Me preguntó.
- A Sófocles - Respondí, y en ese momento me “sofoclé” al pensar que el tipo me tomaría por un pedante intelectualoide del tres al cuarto que va luciendo tragedias griegas por la calle como quien lleva un bolso de marca con la etiqueta por fuera, así que reaccioné:
- Es que tengo que hacer un trabajo para la universidad... Sobre Edipo Rey... Estoy estudiando filología...
- Ah. - Dijo él- Bueno, hasta luego.

Nos despedimos y seguí mi camino con la conciencia malherida por haber renegado de mi mismo y de lo que leo, y todo por evitar que un tipo me tomara por un pedante intelectualoide del tres al cuarto. ¡Pero si me ha tomado por eso desde que nos conocimos!

Estaba yo sumido en esas cavilaciones cuando me sorprendió una voz conocida:
- ¡Chacheeeeeeeee! ¿Ande vas con tanta prisa? Vamos a tomar una cerveza...

Una oferta así, obviamente, no se puede rechazar y menos viniendo de un amigo de toda la vida. Bueno, pues en mitad de la conversación, en este caso no forzada, llegó la dichosa pregunta:

- ¿Qué es eso que lees?

Y, sin saber por qué la misma respuesta: - Es que tengo que hacer un trabajo para la universidad... Sobre Edipo Rey...

No entiendo mi reacción... Si mi amigo también me ha tomado siempre por un pedante intelectualoide del tres al cuarto ¿para qué fingir?

Y para rematar la jugada, en ese momento apareció en el bar un compañero de trabajo y con su discreción habitual soltó a voz en grito:

- ¡Andaaa, no sabía yo que los empollones bebían alcohol!
- Sí, para olvidar a tipos como tú- Respondí con un gesto aprendido en alguna película de Humphrey Bogart.
- ¿Qué lees?- Dijo cogiendo mi libro... y ¡adivinen qué respondí! Efectivamente:
- Es que tengo que hacer un trabajo para la universidad... Sobre Edipo Rey...
- Buaf - Soltó él- A mí si no hay acción y sexo...
- Hombre, teniendo en cuenta que esta historia trata sobre un tipo que mata a su padre y se acuesta con su madre estoy por recomendártela...

Y ahí termina mi historia de negaciones. Que dirán ustedes ¿y para qué nos suelta este rollo? ¿Qué sacamos nosotros de esto? Ustedes nada, pero yo necesitaba desahogarme al estilo de Confesiones con Carlos Carnicero y gritar a los cuatro vientos: ¡Sí, me gusta Sófocles! ¡Me gustan las tragedias griegas con su coro y todo! ¡Disfruto con Esquilo y Eurípides! ¡Viva Edipo! ¡Viva Antigona! ¡Y viva Prometeo encadenado!

Hala, ya está, que estas cosas si te las quedas dentro... luego pasa lo que pasa. Hasta la semana que viene.

sábado, febrero 14, 2009

Lo tuyo es puro teatro... o no

Dicen que los de Bilbao nacemos donde queremos... pues yo voy aún más allá... como soy de Begoña, que es más que ser simplemente de Bilbao, es el no va más... el sumum del bilbainismo... Bueno, eso, que como soy de Begoña no solo nací donde quise sino que también vivo en el día que a mí me da la gana, y aunque todos los calendarios digan que hoy es 15 de noviembre yo he decidido que hoy es 27 de septiembre. ¿Qué pasa? Si una estrella del rock puede pedir doscientas toallas rosas para su camerino, uno de Begoña puede decidir que hoy es 27 de septiembre sin despeinarse y echando un irrintzi a la par.

Y no se piensen que la elección del día es casual. Uno de Begoña no deja nada al azar salvo el destino del Athletic. He vuelto a ese día porque mis compañeros de la Bookería estuvieron hablando de Samuel Beckett y yo me quedé con ganas de meter baza.. Que como dice Arguiñano, soy como el perejil, me gusta estar en todas las salsas.

Pues sí, quiero hablar de Beckett, pero no del escritor irlandés que tenía la cara sin planchar. Quiero hablar de la sala de teatro que lleva su nombre: La sala Beckett de Barcelona. Sí, ya sé que no me corresponde, que yo soy el corresponsal en Euskadi, pero oigan, a veces uno también tiene que hablar de las cosas que pasan en los barrios de las afueras de Bilbao.

El caso es que la sala Beckett es una sala de teatro alternativo. Que lo de alternativo creo que viene de que como es tan pequeña en el espacio se alternan un espectador, un actor, un espectador, un actor... Bueno, vale, uno no puede estar siempre brillante... cuando cuente tres despertarán y olvidarán este último chiste... un, dos, tres, carabin bon ban.

Yo perdí una amiga en la sala Beckett. No físicamente, claro está, que en un espacio tan pequeño no se pierde ni el anillo de compromiso de David el Gnomo. Quiero decir que dejó de ser mi amiga allí. Solía acompañarme al teatro a menudo en mis visitas a Barcelona; yo aprovechaba para ver las obras en cartel y ella para siestear con la excusa de estar reflexionando el significado de la representación. Gracias a esta amiga descubrí lo excepcional de la acústica del Grec. No vean como resuena un ronquido desde la última fila en todo el teatro. Suerte que lo echó justo cuando Orestes invocaba a los dioses y pareció un efecto especial.

El caso es que desde que me acopañó a la sala Beckett a ver "Hamlet Máquina" se niega a volver al teatro conmigo. Resulta que cuando la muchacha estaba en fase Rem, o sea, con los párpados en huelga, el actor principal, que hasta el momento había estado 15 minutos de reloj susurrando frases inconexas, pego un berrido tal, que, además de regar de paluegos a las tres primeras filas, dejó a esta pobre con los ojos abiertos como platos para el resto de la función y un par de semanas más.

Yo soy un experto en teatro alternativo. Verán, hay cuatro clases:

Una es el teatro nudista, que yo no sé si es porque tienen poco presupuesto o porque les gusta enseñar el embutidillo, pero lo mismo te hacen una versión de Macbeth que de La violetera, eso sí, siempre en pelota picada.

Luego está el vegetariano, que son los que se dedican a partir sandías en el escenario: Ser o no ser... plastaaa!!! sandiazo contra el suelo... He ahí la cuestión... plastaaa!!!! otro sandiazo.

En tercer lugar está el de "encuentra los tres errores". Los de esta corriente te meten relojes de pulsera en una obra de romanos, deejays en un baile del siglo XVIII en el palacio de Versalles o señores de traje y corbata en la pasión de Cristo.

Y finalmente está Calixto Bieito que hace un megamix de todas las anteriores y te saca en el Rey Lear un señor en pelotas que parte sandías mientras dos se baten en duelo con sierras mecánicas y un deejay pincha chumba-chumba. Ya sé que es el niño mimado de la crítica pero qué quieren que les diga, a mí a veces me parece que este señor es al teatro lo que Luis Cobos a la música clásica.

Uy, esto también deberían olvidarlo a la de tres... o no, mejor vuelvo atrás en el tiempo y así repito la sección sin decir nada de esto. ¿Ven? Si los de Donde estás corazón fueran de Begoña cuantas demandas evitarían al sistema judicial...

Mieditooooo

Titutitutitutitutitutitu uuuuu. No le ocurre nada a su radiocasete. No intente ajustar el dial. Ahora somos nosotros quienes controlamos la transmisión. Controlamos el tono y el volumen. Podemos abrumarle con miles de emisoras o hacer que un simple sonido alcance una claridad cristalina, y aún más. Podemos hacer que oiga cualquier cosa que conciba nuestra imaginación. Durante los próximos dos minutos controlaremos todo lo que oiga. Está usted a punto de experimentar el asombro y el misterio que se extiende desde lo más profundo de la mente, hasta más allá del límite.

Ehhhh que nooo. Que como es el día de todos los santos hoy la cosa va de mieditoooo. ¿Sabían que hay escritores que han seguido escribiendo después de muertos? Pues sí, por ejemplo en Brasil, el medium Chico Xavier llegó a publicar cuatrocientas obras que le dictaron autores fallecidos. ¡Hasta una antología de poesía! Yo me imagino a los poetas haciendo cola en el más allá cada uno con su tiquet en la mano:
- A ver siguienteeee... número 57...
- Es el mío, apunte: "Verde que te quiero verde"... No, eso ya lo ha escrito otro... Espere que pienso...
- Venga, venga, dese prisa que me está parando la cola...

Esto sí que es el club de los poetas muertos y no los niños repipis de la película esa.

Pero más escalofriante es el caso del británico Matthew Manning. Aún estando él fuera de casa, en las paredes de su dormitorio aparecían nombres y frases cortas, supuestamente obra de distintos autores traspasados también... Y cada vez que se añadía una nueva inscripción, el señor Manning se encontraba sobre su cama un lapiz con la punta rota. Esto quiere decir tres cosas:

Uno, que en el más allá hay un tipo con una tienda de material de oficina que se está forrando, dos, que no vende sacapuntas y tres el brikindans.

Hay que dejar claro que el tal Manning tiene, además de un peinado que da más miedo que sus historias, una página web en la que vende libros y cedés de sus cosas místicas... ¿Tienen los fantasmas cuenta corriente?

Escritores de la talla de Victor Hugo, Conan Doyle, Lewis Carrol, Valle-Inclán o Becquer se interesaron por el tema espiritista en su momento. Allá por la segunda mitad del siglo XIX, cuando se puso de moda en todo el mundo con toda aquella parafernalia de mesas giratorias, golpes en las paredes y luces que se encendían y se apagaban.

Tanta fue la trascendencia del fenómeno paranormal que se pretendió que fuera materia de estudio universitario y se fundaron sociedades espiritistas en todas partes. La campeona la de Huesca, cuyo reglamento fue dictado a sus miembros ni más ni menos que por el alma de Cervantes. Pa' chulo mi cachirulo, di que sí.

Hala, les dejo que me voy a sentar boli en mano a esperar a ver si me posee el autor del Poema del mío Cid y me hace el trabajo de la universidad.

Titutitutitutitu uuuuuuh.

Patatas innobles

Con patatas terminé la semana pasada y con patatas empiezo hoy, porque se ha celebrado en Vitoria-Gasteiz el III Congreso Iberoamericano de la patata bajo el lema: La papa, un tesoro enterrado. Sorprendentemente no ha asistido el señor McKane, que al parecer anda ocupado intentando gobernar el mundo, pero quién sí nos ha deleitado con su presencia ha sido Pamela Anderson... Sí, yo también pensé lo mismo que ustedes, que Pamela Anderson pega más en un congreso sobre melones que sobre patatas, pero es que no se trataba de la vigilante de la playa, sino de la Directora General del Centro Internacional de la Papa, de Perú, que se llama igual que la actriz hinchable, pero que es una reputada investigadora de temas tan serios como reducir el hambre y la pobreza a través del cultivo de la patata.

Y mientras la señora Anderson y su equipo estudian cosas tan necesarias e importantes, otros científicos dedican su tiempo y sus subvenciones a descubrir, por ejemplo, que las ganancias de una bailarina de striptease dependen de su ciclo menstrual, o investigan el efecto de la respiración forzada por un solo agujero de la nariz sobre la capacidad cognitiva, o calculan la forma óptima de mojar una galleta.

Que no digo yo que no sean interesantes y útiles, pero me reconocerán que cuando menos son curiosos. Y por cierto, todos son reales y merecedores del Premio IG Nobel, que viene a ser como el que entrega la Academia sueca pero de risa. Médicos, físicos, químicos, economístas, escritores y toda clase de investigadores son galardonados cada año con el IG Nobel de turno.

Por cierto, un saludo desde aquí a los profesores de la Universidad de Barcelona que lo ganaron el año pasado, en el apartado de lingüística, por su estudio que demuestra que las ratas a veces no distinguen entre el japonés y el holandés cuando las personas hablan esas lenguas al revés. Y a Don Eduardo Segura, de Valls, ganador del premio en 2002, en el apartado de higiene, por inventar una lavadora automática de perros y gatos.

Lo bueno de estos premios es que, como son simpáticos, eximen a los intelectuales de turno de tener que empollarse deprisa y corriendo la obra y milagros de alguien de quien no han oído hablar en la vida, como ha pasado con Le Clezio. Yo me imagino a los académicos suecos reunidos, riéndose por lo bajinis y diciendo: Vamos a buscar uno que no conozcan, ya veréis que risa... venga, Wislawa Szimborska que encima es dificil de pronunciar.

Antes de despedirme no puedo dejar de mencionar mi premio IG Nobel favorito: Premio Ig Nobel de la paz 2007 al "Laboratorio de la Fuerza Aérea Patterson Wright, en Dayton (Ohio), que sopesó la posibilidad de fabricar una bomba gay, compuesta de feromonas, para provocar la homosexualidad en el enemigo y con ello minar la moral y la disciplina de las tropas." ¿Se imaginan al ejército talibán a ritmo del YMCA de los Village People?