Petardas S.A.

Paren las rotativas. Tengo la noticia del siglo. Ya sé... ya sé que esto es la radio y que aquí lo único rotativo es la gente de prácticas, pero es que siempre me ha hecho ilusión decir esa frase. Paren las rotativas. Es como lo de montarse en un taxi y decir: "Siga a ese coche". Hace ilusión. Yo esa la dije en la boda de mi prima en Madrid. Teníamos que ir detrás de mis tíos, pero se ve que el taxista era fan de Starsky y Hutch y claro, al oir lo de "Siga a ese coche", le subió la adrenalina, pisó a fondo y llegamos a la iglesia media hora antes que ellos y con el mismo peinado que Julieta Serrano en Mujeres al borde de un ataque de nervios.

Bueno, retomemos: ¡Paren las rotativas! ¡Tengo la noticia del sigo! La madre de Britney Spears publica una biografía. Eso sí, no sé si suya o de su hija, y francamente, me importa poco. La cosa, agarrensé, se titula "A través de la tormenta: Una historia real de fama y familia en un mundo de tabloides" Ya saben, si les han gustado las Guerras Clon esto debe de ser parecido pero con rubias de bote.

Es broma, las Spears tiene ya en su haber al menos otros dos presuntos atentados contra la literatura y el Amazonas escritos supuestamente entre las dos. Uno de ellos es una novela que trata sobre una joven de un pequeño pueblo americano que quiere ser estrella y su madre la ayuda en cada momento. Menos mal que en la academia sueca son casi todos calvos, porque si no se estarían tirando de los pelos por darle el Nobel a gente como Bekett, Heminway, Cela, Jelinek o Pamuk y haberse olvidado de mamá Spears.

Sinceramente creo que no es justo que con toda la gente que escribe bien en este mundo y no tiene opción de publicar, se gaste papel en editar a estas señoras, pero ¿qué le vamos a hacer? Si hasta Paris Hilton, que es Yola Berrocal desinflada y teñida de rubio, tiene a la venta no sé cuantos libros... Cualquier día nos la encontramos en Sant Jordi firmando al lado de Coelho... Eso sí que generaría un agujero negro de dimensones incalculables y no el acelerador de partículas ese.

Bueno, y ya que hablamos de jóvenes americanas pastosas que lo mismo graban un libro, que escriben una línea de ropa que diseñan un disco, las más de lo más son las hermanas Olsen. ¿Se acuerdan de la niña pequeña de la serie "Padres forzosos"? Pues eran dos, gemelas, y actualmente multimillonarias. Las criaturas han publicado este verano un libro autobiográfico, como no, titulado Influence. La curiosidad está en que hay dos ediciones: En una sale Mary Kate en la portada y Ashley en la contraportada y en la otra edición es al revés. Así te puedes llevar a tu Olsen favorita. Yo voy a hacer lo mismo. Voy a sacar una edición con mi cara en la portada y mi noble ya se imaginan qué, en la contraportada, y una segunda al revés... Y no, no es para que se lleven su parte favorita de mí, es para ver si alguien las distingue... Ay, qué soez te vuelve la indignación, Carlitos.

Insultos a la carta

Busco piso en alquiler, aunque por las condiciones que ponen en la mayoría de las ofertas parece que sea al revés, que los pisos buscan a las personas. No sabía yo que para acabar pagándole ciento cincuenta mil pesetas a un señor, había que cumplir tantos requisitos de avales, nóminas, nacionalidad, rh y si me apuran hasta certificado de penales. ¿Pero desde cuando para alquilar un apartamento hay que pasar un casting como los de Operación Triunfo? ¿Y desde cuando redacta los textos de los anuncios el hermano malo de Risto Mejide?

Miren estos que me he encontrado: PARA NACIONALES Y EXTRANJEROS COMUNITARIOS SOLVENTES... SOLO CHICAS O PAREJAS, NO HOMBRES SOLOS... PARA PERSONAS SOLVENTES, CON CONTRATO DE TRABAJO Y NÓMINA. NO MAGREBIES. NO ANIMALES...

De traca. Tanto es así que cuando uno acaba de leer estos anuncios solo tiene ganas de insultar a diestro, siniestro y a la dama o el caballero que los ha escrito. Y como dijo Groucho, le llamo caballero porque aún no le conozco lo suficiente.
El insulto debería ser un género literario: Novela, poesía, teatro e insulto... Eso sí, solo está justificado en casos de legítima defensa como el Kung Fu, o si es un ejercicio de estilo y fina ironía como los que caracterizaban a Oscar Wilde, del que ya han hablado sobradamente mis compañeros de la Bookería.

Pero no solo Wilde, también muchos otros escritores han sido excelentes y elegantes insultadores (valga el término). Góngora y Quevedo a vueltas con sus narices y hombres pegados a ellas, Valle-Inclán llamando "garbancero" a Galdós, Juan Ramón Jiménez con aquello de "Revista de desoriente" por "Revista de Occidente", Borges, Cela, Umbral... La lista podría ser infinita... Todos ellos hombres hechos a si mismos que adoraban a su creador, que diría John Bright

Pero para los pobres mortales que no tenemos tanto talento. Para, como dijo Churchill, las personas modestas con motivos para serlo. Para los que queremos insultar y quedar como señores. Para nosotros se han inventado los diccionarios del insulto.

La última obra editada al respecto de la que tengo constacia es la Enciclopedia del insulto de Pancracio Celdrán. Un eminente filólogo, habitual de la radio y la prensa escrita, que ya había publicado con anterioridad un Inventario general del insulto.
El propio Camilo José Cela dejó inconcluso su Diccionario secreto, del que solo escribió el tomo "Pis y afines" sobre los nombres del pene, y "Coleo y afines" sobre los testículos.

Ah, y si alguien se ha sentido ofendido por algo dicho en esta sección sepan que, como dijo Alfonso Guerra, "yo no insulto, analizo".

Otra de coleccionables

Imaginen: Año 5142, un grupo de arqueólogos investiga el subsuelo de la antigua ciudad de Barcelona y encuentra una primitiva estación de radiodifusión. Primitiva pero muy adelantada para su época eh. Analizan los archivos sonoros del que consideran el programa más importante, influyente y que más información les puede dar sobre la sociedad de 2000 y se encuentran con unas secciones inteligentes y de extrema elegancia a las que se enganchan de inmediato... Bueno, y además también escuchan de refilón los archivos de la Mirada Atónita y descubren algo que llama poderosamente su atención... Cada septiembre, durante las 93 temporadas que dura el programa, se trata el mismo tema: "los coleccionables".

Pero que conste que la culpa no es nuestra, es de los señores que los editan que se superan año a año. Porque creíamos que lo habíamos visto todo en semejante cuestión y ¡plamba! esta temporada nos sorprenden con (léase con voz tipo primitivo rojas):

Rosarios

Una obra completa dedicada a la Virgen María, a los Rosarios y a las coronas devocionales.
Auténticos símbolos de la fe y la devoción cristiana, objetos preciosos y llenos de historia para coleccionar y conservar.
Y si se suscriben a la colección les regalan un elegante archivador para los libros de plegarias y un práctico y exclusivo portarosarios confeccionado en terciopelo.

Y esto no es malo ni mucho menos, lo malo de verdad es que ya le tengo echado el ojo a uno que es así como de fantasía. No sé si es el del Jubileo del 2000 o el de Santa Rita pero hace juego con con el abanico del primer fascículo de Abanic arte, sutil juego de palabras donde los haya. De verdad, qué sensibilidad la del señor que inventa los coleccionables que siempre acierta con lo que más falta me hace. Es para tronch arte.

Y luego está la colección de Terry Pratchet, que es un tipo que escribe novelas fantásticas y que en la publicidad dicen eso de: ¡Descubre por qué las obras de Terry Pratchet son las más robadas de Gran Bretaña!... No sé, ¿ porque sus lectores son unos ladronzuelos? ¿o porque en Harrods gastaron todas las etiquetas esas que pitan con los tochos de Ken Follet?

¡Qué monos los británicos! En el Avui, (sí, a veces leo el Avui... alguien tiene que hacerlo...), apareció hace unas semanas un artículo en el que, según una encuesta, la escritora más querida por los súbditos de la reina Isabel es Enid Blyton... Vaya, que de momento Harry Potter no ha conseguido hechizar (jajaja) a los niños del Baby boom, pero todo se andará que la Rowling ha quedado tercera y subiendo. El que no aparece, al menos entre los 50 primeros puestos, es Terry Pratchet... será que no han preguntado en las salas de espera de los juzgados...