La mirada atónita

de la sección del mismo nombre en el programa Punt de Llibre de Radio Barcelona
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viernes, marzo 06, 2009

Ligando en bares

Hoy en la Mirada atónita vamos a tratar, por fin, un tema de interés general. Hablamos de: ¡Cómo ligar en los bares!

Hay tres formas distintas: La clásica, la contemporánea y la vasca.

Para la vasca se requieren tres elementos: Dos individuos de sexo complementario y un bar de Benidorm. No tiene explicación racional, pero está científicamente demostrado que los euskaros somos incapaces de iniciar ningún ritual de apareamiento a menos que estemos en la ciudad de los rascacielos, y como con la crisis no nos da para ir a Nueva York, pues eso… Lo más triste es que en Benidorm un vasco no liga con nativas, y mucho menos con británicas o teutonas (que no son alemanas con mucho pecho)… Un vasco como Sabino Arana manda se lía en Benidorm con una de Basauri o de Arrigorriaga. Que por extraño que parezca es la misma que le daría calabazas una y otra vez de estar en el terruño, pero amigo, el Mediterraneo es mágico.

Para la forma clásica también se requieren tres elementos: Un hombre, un cubata y una barra de bar. Entre los ligones de barra clásicos encontramos dos tendencias o escuelas:

La caricatura de Faemino. Un tipo que sujeta el mundo con el codo, con más gomina que un concurso de imitadores de Travolta, y cuya frase favorita es “¡Ey nena, la de la pista, no tengo toda la noche!”. Evidentemente, este muchacho acabará pasando las vacaciones en Benidorm.

Y por otro lado la escuela arrantzale o pescador de bajura; que es ese que lanza las redes pelágicas del amor a todo aquello que se mueva y que no parezca un pezqueñín… Éste pobre ni en Benidorm.

Finalmente vamos con la forma de ligar que nos interesa: La contemporánea. Porque sí amigas, el metrosexual ha muerto, lo que se lleva ahora es el tío ingenioso que te hace reír pero que a la vez te hace reflexionar, aunque sea un proyecto de Papá Noel con su alopecia y su barriguita cervecera. Pero que nadie se asuste que ya sabemos que no se puede estar siempre brillante y menos después de tomar un par de copichuelas.

Por eso una compañía de Whisky pone a disposición de la concurrencia en toda fiesta que se precie minilibros de citas para impresionar al personal. Al parecer un tal Tommy Dewar, hijo del fundador de la compañía, creó una filosofía de vida a partir de la máxima “El sufrimiento no es la base del éxito”, frase muy propia del heredero del dueño de una empresa, por otra parte.

El caso es que con el librito en cuestión a modo de chuleta tú estás ahí, buscando la aproximación, que si estudias o trabajas, que si eres tan dulce que solo con mirarte se me pican las muelas, y de vez en cuando vas soltando una de las frases de mister Dewar: “Las mentes son como los paracaídas, funcionan sólo cuando se abren”, “Si llegas solo a la cima ¿quién tomará la foto?”... Esto ya de por sí es un puntazo, pero si las sabes hilar en la conversación entonces eres el rey del festejo… Por ejemplo, interrumpes tu discurso para darle un tiento al cubata y dice: “La pausa es una parte del camino”… O si te preguntan a qué te dedicas ya no hace falta que sueltes el rollo ese de soy escritor pero las editoriales no comprenden la complejidad de mi obra; se medio sincero y di: “A veces no hacer nada es hacer algo”. O si alguien te dice que va al baño di: “Camina hacia delante pero mira a tu alrededor”. Si la gente va un poco pedo serás un Dios, si no te tomarán como un zumbado, pero amigo, ya sabes lo que decía Tommy Dewar: “El mayor error que puedes cometer es vivir con miedo a cometer alguno”.