Arroba todo lo que puedas punto com
Decía Torrente Ballester en un anuncio de Hacienda que España es un país de pícaros. Pues no le faltaba razón al buen señor, visto lo visto, pero me temo que en todas partes cuecen habas y que lo del choriceo no entiende de nacionalidades. Porque hasta en Suiza roban cosas. ¿Quién lo hubiera dicho? Suiza, tan llena de bancos y de casitas de chocolate... ¿Qué pasa? Nunca he estado en Suiza, así que me la imagino como quiera. Pues sí, lo que ocurre es que, como supongo que allí robar un banco tiene menos emoción que un partido del Athletic, la gente roba libros.
Bueno, igual exagero un poco generalizando, será que se me está pegando el estilo de los diarios gratuitos. El caso es que un señor ha robado un libro. Ya sé que teniendo en cuenta lo que roban algunos aquí parece una minucia y que en Suiza hay noticias mucho más trascendentes, como que los rebaños dejan las praderas alpinas y vuelven a sus casas, pero es que se trata de una historia curiosa. Resulta que el objeto sustraído formaba parte de una obra en una exposición de arte moderno. Los autores pretendían criticar el pirateo de libros por internet y para ello introdujeron en una incubadora un ejemplar del ensayo titulado “Robe este libro”.
Lo que todavía nadie sabe es si el que se lo llevó es un vulgar mangante un tipo extremadamente obediente. Sea lo que fuere, a los artistas les ha chafado el invento. Si yo fuera ellos (dios me libre) pondría en el lugar del tomo enajenado otro que se titulase “Arráncate las uñas de cuajo con la cáscara de una pipa salada” por si es verdad eso de que los delincuentes siempre vuelven a la escena del crimen.
Pero lo peor del caso no es que un señor haya robado el libro. Lo verdaderamente peligroso es que lo lea, porque resulta que “Robe este libro” es una obra escrita por Abbey Hoffman en 1970 en la que entre otras cosas se enseña a robar tarjetas de crédito, conseguir armas o fabricar pequeños explosivos... Ya me veo yo al suizo zumbado que se lo ha llevado atentando contra la cabaña de Heidi.
Fíjense si seremos brutos los seres humanos, que cuando se publicó el texto en el año 71, muchos libreros decidieron retirarlo de las tiendas porque más de uno se tomaba el título al pie de la letra. Qué razón tenía aquel que dijo lo de que el sentido común es el menos común de los sentidos.
Otro consejo que desde aquí quiero regalar a los desolados artistas a los que este insensato ha desmontado la obra, es que la próxima vez se curen en salud y rodeen su creación de maldiciones medievales del tipo:
“Cualquiera que robe este libro
Será colgado en una horca en París,
Y si no es colgado será ahogado.
Y si no se ahoga, será quemado,
Y si no es quemado, un fin peor le caerá.”
Aunque bien pensado seguro que entonces algún gorilón se lo lleva y encima se entrega para poder viajar gratis a la capital francesa. Así que mejor la cambiamos por esta otra que da mucho más miedo:
“Hay excomunión reservada a su Santidad contra cualesquiera personas que quitaren, distrajeren, o de otro cualquier modo enajenaren algún libro, pergamino o papel de esta Biblioteca, sin que puedan ser absueltos hasta que esta esté perfectamente reintegrada.”
¡Con la iglesia hemos topado! En fin, no les robo más tiempo, la semana que viene seguiremos hablando del tema.
Bueno, igual exagero un poco generalizando, será que se me está pegando el estilo de los diarios gratuitos. El caso es que un señor ha robado un libro. Ya sé que teniendo en cuenta lo que roban algunos aquí parece una minucia y que en Suiza hay noticias mucho más trascendentes, como que los rebaños dejan las praderas alpinas y vuelven a sus casas, pero es que se trata de una historia curiosa. Resulta que el objeto sustraído formaba parte de una obra en una exposición de arte moderno. Los autores pretendían criticar el pirateo de libros por internet y para ello introdujeron en una incubadora un ejemplar del ensayo titulado “Robe este libro”.
Lo que todavía nadie sabe es si el que se lo llevó es un vulgar mangante un tipo extremadamente obediente. Sea lo que fuere, a los artistas les ha chafado el invento. Si yo fuera ellos (dios me libre) pondría en el lugar del tomo enajenado otro que se titulase “Arráncate las uñas de cuajo con la cáscara de una pipa salada” por si es verdad eso de que los delincuentes siempre vuelven a la escena del crimen.
Pero lo peor del caso no es que un señor haya robado el libro. Lo verdaderamente peligroso es que lo lea, porque resulta que “Robe este libro” es una obra escrita por Abbey Hoffman en 1970 en la que entre otras cosas se enseña a robar tarjetas de crédito, conseguir armas o fabricar pequeños explosivos... Ya me veo yo al suizo zumbado que se lo ha llevado atentando contra la cabaña de Heidi.
Fíjense si seremos brutos los seres humanos, que cuando se publicó el texto en el año 71, muchos libreros decidieron retirarlo de las tiendas porque más de uno se tomaba el título al pie de la letra. Qué razón tenía aquel que dijo lo de que el sentido común es el menos común de los sentidos.
Otro consejo que desde aquí quiero regalar a los desolados artistas a los que este insensato ha desmontado la obra, es que la próxima vez se curen en salud y rodeen su creación de maldiciones medievales del tipo:
“Cualquiera que robe este libro
Será colgado en una horca en París,
Y si no es colgado será ahogado.
Y si no se ahoga, será quemado,
Y si no es quemado, un fin peor le caerá.”
Aunque bien pensado seguro que entonces algún gorilón se lo lleva y encima se entrega para poder viajar gratis a la capital francesa. Así que mejor la cambiamos por esta otra que da mucho más miedo:
“Hay excomunión reservada a su Santidad contra cualesquiera personas que quitaren, distrajeren, o de otro cualquier modo enajenaren algún libro, pergamino o papel de esta Biblioteca, sin que puedan ser absueltos hasta que esta esté perfectamente reintegrada.”
¡Con la iglesia hemos topado! En fin, no les robo más tiempo, la semana que viene seguiremos hablando del tema.
6 Comments:
At 7:49 p. m., Cris said…
Gracias Carlos, por el cariño que le dedicas a este blog, por el esfuerzo de mejorarlo, de introducir cosas nuevas que los que lo seguimos disfrutamos cada día.
Ya sabes que siempre, bueno, casi siempre, escucho el programa en directo. Aún así era de los pedía poderlo escuchar por internet y tu lo has hecho posible.
De nuevo GRACIAS
Un beso, allí donde estés.
Cris
At 9:04 p. m., Carlos Blázquez said…
Gracias a ti y a todos los demás que lo leen que sois poquitos pero inmejorables. Hala, me voy a cenar unas butifarras con monjitas tiernas (o como se diga). Besos.
At 1:52 p. m., Anónimo said…
Completamente de acuerdo con Cris. Yo oigo el programa en directo pero me gusta poder recuperar algún fragmento y recomendarlo en el club de lectura al que asisto siempre que puedo en la biblioteca de mi barrio. Así, además de lo que podamos aportar de nuestra propia cosecha tenemos también otras opiniones y el descubrimiento de cosas que ignorabamos como por ejemplo en el caso de Jane Austen y la película que se ha rodado hace poco sobre la vida de la escritora o el día que dedicaron el bloque de cine a Stephen Sweig y la "Carta de una mujer desconocida". También es un buen material pedagógico no os parece?
At 12:50 a. m., PIZARR said…
Hola Carlos, como siempre encantada de leerte.
Por cierto, no me he enterado de como poder oir el programa por Internet. Ya me lo explicarás.
Supongo que ya estarás preparando algo especial para Navidad. Veremos con loq eu nos sorprendes...
UN BESO
At 9:02 a. m., Cris said…
Hola Pizarr. Para escuchar los programas que ha colgado sólo tienes que hacer clic en la flecha verde y se oye directamente por los altavoces de tu ordenador.
Por cierto, eché un vistazo a tu blog. Enhorabuena, está muy bien.
Saludos
At 10:42 a. m., Carlos Blázquez said…
Hola Pizarr. Cierto lo de tu blog, yo también me paso por allí de vez en cuando y está muy bien. Respecto a oir los programas Cris te lo ha explicado perfectamente. En la columna de la derecha tienes tres programas colgados que se reproducen con clickar en el simbolito.
Besos.
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